jueves, 3 de mayo de 2012

Los divorcios bajaron de nuevo en 2011

Los divorcios volvieron a caer el pasado año, aunque fuera en un modesto 2%. De esta forma, parece claro que el ligero repunte de 2010 fue una excepción en una tendencia a la baja que empezó ya hace cinco años. Entonces, los expertos la explicaron como un efecto colateral de la crisis económica que empezó por una notable subida de los tipos de interés hipotecarios y se mostró en toda su crudeza a partir del verano de 2008. El año pasado se cerró con 117.179 demandas de divorcio presentadas en los tribunales, frente a las 119.513 del ejercicio anterior, según datos del Consejo General del Poder Judicial.
El descenso no es homogéneo porque hay cuatro comunidades autónomas en las que creció el número de divorcios. Incluso, en dos de ellas, el aumento es muy abultado: el 8,43% de La Rioja y el 6,65 de Castilla-La Mancha llaman poderosamente la atención por lo que supone de contraste con la media española. Se da la circunstancia de que el año anterior ambas comunidades estuvieron también entre las de mayor crecimiento, aunque en ese caso dentro de la tónica común en todo el país. En Galicia (1,94%) y Navarra (0,39%), los aumentos son mucho menos significativos. Por el contrario, las mayores caídas están en Cantabria (7,85%) y Extremadura (6,39%). El País Vasco, como Canarias y Navarra, ha registrado una variación prácticamente inapreciable.
El descenso del número de divorcios parece alejar la amenaza que los más agoreros habían aireado a mediados de la década anterior, cuando la reforma legal denominada del 'divorcio exprés' impulsó de manera extraordinaria el número de rupturas. Entonces se pasó en solo dos años, de 2004 a 2006, de poco más de 52.000 divorcios a más de 141.000, lo que llevó a algunos analistas a vaticinar que en muy poco tiempo habría más disoluciones matrimoniales que bodas.
Amenaza incumplida
No ha sido así, pese a que el número de matrimonios registra un acusado descenso. Aunque solo hay datos del primer semestre, todas las estimaciones sitúan el número de matrimonios celebrados en 2011 por debajo de los 160.000. Es decir, el saldo entre bodas y divorcios sería menor ahora que en 2006, dado que ese año se superaron las 200.000 uniones. Sin embargo, como la duración media de los matrimonios que se rompen es de unos diez años, los divorcios de hoy se corresponden en su mayoría con parejas que formalizaron su relación a comienzos de la década pasada. Dicho de otra forma, con la misma tasa de rupturas por cada cien matrimonios, el número de divorcios empezará a descender en breve de forma notable, a medida que entren en la edad 'típica' de las rupturas colectivos cada vez menores.
Queda por saber el efecto que pueda tener el final de la crisis económica, cuando llegue. Especialistas en la materia han comentado a este periódico que las dificultades que viven los hogares pueden estar creando una gran bolsa de parejas rotas de hecho pero que a efectos legales -y de convivencia, aunque sea en términos puramente formales- siguen juntas porque no podrían afrontar los gastos derivados de una separación. Cuando la situación mejore, muchas de esas personas podrían acudir sin demora al juzgado para poner fin a su contrato matrimonial. Eso puede disparar otra vez, aunque de forma esporádica, el número de divorcios. Sin embargo, se trataría de un reflejo contable de una realidad anterior más de que un indicio de la situación del momento. Algo de eso, sugieren los expertos, ocurrió también con la reforma legal de 2005.

No hay comentarios:

Publicar un comentario